La consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García, ha expuesto este miércoles en Bruselas que la región extremeña está diseñando políticas y planes para alcanzar la neutralidad climática en 2030 y asegurar que cada territorio se transforme en más inclusivo y resiliente al cambio climático.
La Semana Europea de las Regiones que se celebra en Bruselas, es el mayor evento anual dedicado a la política regional, que reúne a regiones y ciudades de toda Europa. Durante estas tres semanas, del 5 al 22 de octubre, se celebran de 500 sesiones de trabajo dedicadas al empoderamiento de los ciudadanos, cohesión y cooperación, y esta semana a la Europa Verde.
En este ámbito, la consejera ha señalado que el Pacto Verde Europeo debe convertirse “en una pieza clave para garantizar un crecimiento firme, seguro y sostenible tras la salida de la crisis derivada de la pandemia”.
Olga García ha manifestado que el grado de vulnerabilidad frente a las consecuencias del calentamiento global es elevado, pero el ejecutivo regional está apostando fuerte por una salida verde de la crisis que precisará de una instrumentación rápida y eficaz de los fondos de recuperación. Además, ha alertado del ‘peligro’ de cualquier retraso no deseado que impida disponer de esta financiación, que resulta vital, para los proyectos que tenemos en marcha para favorecer la transición ecológica.
En este sentido, la titular de Transición Ecológica y Sostenibilidad ha puesto de manifiesto el valor de las renovables en la reconstrucción de la economía, siendo el principal sector económico en Extremadura capaz de movilizar un volumen importante de inversiones, lo que permitiría alcanzar en 2030 un mix de generación eléctrica en la región completamente renovable.
La consejera ha expuesto otros objetivos como el aumento de la generación de energía renovable en más de diez mil megavatios adicionales o reducir un 22% la energía primaria a través de actuaciones como el fomento del autoconsumo en al menos 60.000 viviendas o la rehabilitación de 24.000 existentes.
Finalmente, ha avanzado que los impactos que el desarrollo del Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima, actualmente en fase de borrador, podrían suponer en la región un incremento del PIB de entre un 2,1% y un 2,5% anual a lo largo de la década.