Amplio territorio serrano al este de la provincia de Cáceres, límite con la provincia de Toledo, determinado físicamente por el macizo montañoso del que recibe su denominación. Las Villuercas.

Al norte y sur, los ríos Tajo y Guadiana, son sus límites, mientras que al oeste aparece la Penillanura Trujillano- Cacereña al disminuir las pendientes y las alturas. Este amplio territorio presenta interiormente otras zonas con denominación y rasgos propios, como son los Ibores y la Jara Cacereña. A lo largo de su recorrido encontramos los siguientes municipios: Romangordo, Casas de Miravete, Higuera, Valdecañas de Tajo, Campillo de Deleitosa, Deleitosa, Robledollano, Cabañas del Castillo, Navezuelas, Berzocana, Guadalupe, Logrosán, Cañamero, Alía, Mesas de Ibor, Bohonal de Ibor, Fresnedoso de Ibor, Castañar de Ibor, Navalvillar de Ibor, Peraleda de San Román, Valdelacasa de Tajo, Garvín, Villar del Pedroso y Carrascalejo.

Comarca de variado paisaje, con gran surtido de vegetación, que comprende desde los frandosos bosque de castaños, robles, encinas, alcornoques, hasta el matorral en zonas de suelo pobre y pizarroso, con abundantes corrientes de agua. Proporciona cobijo a una variada fauna que convierte a la caza y a la pesca en una verdadera actividad tradicional, pudiéndose practicar en los cotos de Cañamero, Matallana, Logrosán o en el embalse de Valdecañas y Torrejón.

Las especies más abundantes son, en caza mayor: ciervos, javalíes, corzos y gamos. En caza menor: la perdiz, liebre, conejo, codorniz y tórtola.

Mientras que en pesca, la trucha, el lucio, la tenca y la carpa son las especies fundamentales de la riqueza piscícola de esta zona.

Alía
Paisaje Guadarranque. Embalse del Cíjara. Coto de caza Matallana.

Berzocana
Paisajes. Castros celtas. Necrópolis romana. Iglesia del siglo XIV.

Bohonal de Ibor
Embalse de Valdecañas. Cotos de caza. Ruinas romanas de Talavera la Vieja (Bien de Interés Cultural). Cabañas del Castillo Cotos de caza. Paisaje de bosques.

Cañamero
Cotos de caza. Pinares. Pantano Cancho del Fresno. Castillo.

Guadalupe
Paisaje. Conjunto Histórico-Artístico. Monasterio Patrimonio de la Humanidad. Ermita del Humilladero, Granja de Mirabel y Granja de Valdefuentes, declarados Bienes de Interés Cultural.

Navalvillar de Ibor
Paisaje. Cotos. Bosques.

Villar del Pedroso
Coto de caza Matallana.

Logrosán
Restos del asentamiento de la comunidad ibérica anterior a los romanos. Iglesia de S. Mateo, siglo XIII.

Casas de Miravete
Parque Natural de Monfragüe. Caza mayor y menor.

Considerada el corazón de Extremadura, Guadalupe posee el monumento capital en la historia del arte hispano. Su monasterio es uno de los más afamados de España por ser centro de cultura, museo mudéjar, gótico, renacentista y neoclásico y por la bella leyenda de su fundación. Fue mandado construir por Alfonso XI tras la aparición de la Virgen, en agradecimiento al triunfo de la batalla del Salado en el siglo XIII. Además de los edificios son interesantes las alhajas que atesoran, los lienzos de Zurbarán y los ormamentos de culto, pero es, por encima de todo, el foco indiscutible de fe de las dos provincias y de los pueblos hispánicos donde mora Nuestra Señora de Guadalupe, Virgen Morena, Reina de Extremadura.

Proyección del Pasado en la Actualidad

La artesanía extremeña sigue utilizando aquellos métodos ancestrales que únicamente la habilidad del hombre conseguía transformar, convirtiendo los elementos más simples en bellas piezas, auténticas obras de arte. Así, en Guadalupe son famosas desde el siglo XV las piezas de cobre y latón, que en sus orígenes tenían una utilidad funcional y hoy se muestran como valiosos detalles decorativos.

Son también magníficos los muebles artesanos trabajados en esta comarca. Mimbre, enea, cinta de castaños, brezo, nogal, encina, raiz de olivo y fresno los hacen típicos productos cacereños.

En Logrosán se siguen confeccionando en los viejos telares, las mantas y los refajos extremeños.

Migas y Jamón, Su Sabor Son las Villuercas, Ibores y la Jara Cacereña, como toda Extremadura, zona de excelente yantar, con gran variedad de platos típicos, elaborados de “frutos” de la tierra, como son los jamones ibéricos, el frite, las migas con torreznos, la sopa de ajo o el apreciado besugo a la Logrosán, todo ello bien regado por el apreciado vino de Cañamero.

Colorido, Tradición y Misticismo

Numerosas son las fiestas que se celebran en los municipios de esta comarca, pero no es el colorido el único sentido que las forma, todas ellas se constituyen tesoreras de los secretos más íntimos de su pueblo. Son también pródigas las manifestaciones de carácter religioso, sobre todo en Semana Santa. Romerías, procesiones, fiestas del patrón, Virgen de la Hispanidad, Ferias,... siempre hay un motivo para celebrar.